Linfomas: Linfoma de Hodgkin (LH) / Linfoma No Hodgkin (LNH)
InformaciónEl linfoma es un tipo de cáncer de la sangre que afecta a un tipo de glóbulo blanco llamado linfocito. Estas células forman parte del sistema linfático que a su vez integra el sistema inmunitario que ayuda al cuerpo a defenderse de las infecciones y las enfermedades. Algunos linfocitos permanecen en el torrente sanguíneo pero la mayoría se encuentran distribuidos en cientos de grupos en todo el cuerpo en los que se llaman ganglios linfáticos. Por este motivo el linfoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y esto ayuda a clasificarlos en estadios, según el compromiso.
Existen dos tipos principales de linfoma: Linfoma de Hodgkin y Linfoma no Hodgkin, los detallaremos a continuación.
LINFOMA DE HODGKIN (LH)
El linfoma de Hodgkin se diagnostica con más frecuencia entre la segunda y tercera década de la vida, pero también puede afectar a pacientes mayores de 60 años. Este tipo de linfoma forma parte de los cánceres más curables. Existen diferentes subtipos de este linfoma y ello puede hacer que el tratamiento sea diferente en alguno de ellos. A su vez, al igual que el resto de los linfomas se clasifica en estadios (de 1 a 4) según la extensión y compromiso del mismo en el organismo.
¿Cuáles son los signos o síntomas que pueden aparecer?
Los síntomas pueden ser varios, puede presentarse uno o varios de ellos. Dentro de ellos se nombran:
- Agrandamiento de uno o más ganglios linfáticos en cuello, axila, abdomen, tórax superior o a nivel inguinal, entre los más importantes. Este agrandamiento en este caso es indoloro a diferencia de la hinchazón de ganglios que ocurre en infecciones o inflamaciones y es dolorosa.
- Fiebre sin una causa que la explique
- Sudores nocturnos (que suele obligar a cambiar la ropa de cama o el pijama)
- Pérdida de peso (más del 10 por ciento del peso corporal en los últimos 6 meses)
- Tos
- Cansancio
- Picazón en la piel
- Dolor en el pecho
- Falta de aire
¿Qué exámenes o pruebas se pueden hacer para el diagnóstico?
Inicialmente el médico lo evaluará, le realizará un interrogatorio y un examen físico exhaustivo para evaluar los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, y su condición clínica sobre todas las cosas.
Para arribar al diagnóstico es fundamental hacer una biopsia de ganglio linfático (de una parte o de la totalidad del ganglio), el cual luego es enviado para realizar algunas pruebas (citometría de flujo, anatomía patológica) y confirmar el diagnóstico.
A su vez, para continuar con la estadificación (compromiso del linfoma en el cuerpo) de la enfermedad se deben realizar otra serie de estudios, entre ellos:
- Análisis de sangre para evaluar el recuento de glóbulos blancos, rojos, plaquetas, otros signos de inflamación que pueden medirse por laboratorio, serologías, entre otros.
- Imágenes, entre ellas tomografía por emisión de positrones (PET), tomografía axial computada corporal total para evaluar la extensión de la enfermedad.
- Biopsia de médula ósea para evaluar si está comprometida o no por la enfermedad.
- Ecografía del corazón y espirometría (estudio para evaluar los pulmones) con el fin de comprobar su funcionalidad al momento de iniciar tratamiento.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento? ¿Cuál es la meta del tratamiento?
En el linfoma de Hodgkin las tasas de curación son muy altas. El tratamiento consiste en:
- Quimioterapia
- Quimioterapia y/o radioterapia
- Radioterapia
- Anticuerpos monoclonales (Rituximab, Brentuximab)
- Inhibidores de puesto de control inmunitarios (Nivolumab, Pembrolizumab).
Los esquemas de quimioterapia constan de una combinación de drogas y en general se realiza de manera ambulatoria, es decir no requiere internación excepto que el paciente presente alguna complicación como por ejemplo infección que así lo requiera. La quimioterapia se administra en ciclos, con varias semanas entre uno y otro. Y en general son de 6-10 meses de tratamiento, con una evaluación por imágenes que suele realizarse a la mitad del tratamiento. Cada droga presenta eventos adversos que se le comunicaran antes de iniciar el tratamiento.
Otra opción de tratamiento puede ser la quimioterapia junto con radioterapia. Lo que se hace en este caso es irradiar las regiones de los ganglios linfáticos que estén afectados, tratando de preservar la radiación de otros tejidos que se encuentren alrededor del área comprometida.
Al realizar tratamiento con quimioterapia en esta enfermedad como en otras se afectan tanto las células malas como las células sanas de la sangre, por ende durante el tratamiento pueden descender los valores de glóbulos blancos, rojos y plaquetas y en este momento es donde se realizarán los controles clínicos y de laboratorio con el médico especialista. Es en este momento donde también pueden surgir infecciones, por lo que siempre se le darán pautas de alarma para que usted pueda distinguirlas.
¿Quiénes estarán pendientes del tratamiento?
Una vez iniciado el tratamiento, se realizarán controles clínico y de laboratorio periódicamente, en general previo y posterior a cada infusión de quimioterapia. Se le comunicará en cada consulta los eventos adversos que pueden aparecer y se le darán las pautas de alarma para que en caso de ser necesario concurra a la guardia o le comunique a su médico.
LINFOMA NO HODGKIN (LNH)
La clasificación de los linfomas no Hodgkin es muy amplia. Puede afectar a linfocitos B (el más frecuente) o linfocitos T (los menos frecuentes). La Organización Mundial de la Salud tiene en cuenta los siguientes puntos para su clasificación: 1) el tipo de linfocito del que se originó el linfoma; 2) cómo se ve el linfoma en el microscopio (patología); 3) las características cromosómicas de las células del linfoma; 4) la presencia de ciertas proteínas en la superficie de las células.
A su vez, pueden comprometer los ganglios línfáticos; o ser extraganglionares (afectar sitios que no sean los ganglios), lo que nos permite ver la extensión del mismo y clasificar el estadío al igual que para el linfoma de Hodgkin. Existen tipos de bajo grado o evolución más lenta y otros que son de alto grado y de evolución más tórpida. Afecta a los adultos y algunos subtipos son más frecuentes en adultos mayores.
¿Cuáles son los signos o síntomas que pueden aparecer?
Los signos y síntomas que pueden presentarse son similares a los detallados para el linfoma de Hodgkin, entre ellos:
- Hinchazón o agrandamiento de uno o más ganglios
- Fiebre
- Sudoración nocturna que obligue a cambiar el pijama o la ropa de cama
- Pérdida de peso de más del 10% del peso corporal en los últimos 6 meses
- Picazón en la piel
- Sarpullido en la piel
- Cansancio
- Falta de aire
- Tos
- Pérdida de apetito
¿Qué exámenes o pruebas se pueden hacer para el diagnóstico?
Los estudios que se realizan en este tipo de linfoma son similares a los que se solicitan en el linfoma de Hodgkin. El médico especialista realizará una consulta inicial donde evaluará su situación clínica, sus antecedentes, comorbilidades, realizará un interrogatorio completo y examen físico para evaluar abdomen, ganglios linfáticos, y otras condiciones que puedan dirigir el diagnóstico. Los estudios constan de:
- Análisis de sangre que incluya hemograma, función renal, hapática, LDH, parámetros de inflamación, serologías.
- Biopsia ganglionar o de algún otro tejido comprometido, enviando muestra a citometría de flujo, anatomía patológica y si es necesario estudio citogenético y molecular.
- Estudios por imágenes: tomografía por emisión de positrones (PET), tomografía axil computada (TAC).
- Biopsia de médula ósea para estadificación de la enfermedad.
- Pruebas cardíacas (ecografía del corazón) para evaluar su funcionamiento previo al inicio del tratamiento.
Llamamos estadificación a las pruebas que el médico realiza para determinar la cantidad de ganglios linfáticos que están afectados, la distribución de los mismo en el cuerpo, presencia de células malignas en otras partes del cuerpo que no sean los ganglios.
¿Cuáles son las opciones de tratamiento? ¿Cuál es la meta del tratamiento?
Como hemos comentado anteriormente la clasificación de los linfomas no Hodgkin es muy amplia, por lo tanto las opciones de tratamiento también lo son, dependiendo del subtipo de linfoma al que nos enfrentemos.
Principalmente el tratamiento de este tipo de linfomas es la quimioterapia. Pero también existen otros tratamientos que fueron incorporándose en los últimos años. Detallamos los tratamientos disponibles:
- Observación
- Quimioterapia
- Radioterapia
- Quimioterapia +/- radioterapia
- Anticuerpos monoclonales, solos o en combinación con quimioterapia
- Inmunomoduladores
- Inhibidores de quinasa y de histona desacetilasa
¿Quiénes estarán pendientes del tratamiento?
Los médicos especialistas estarán cuidando de su salud a lo largo del tratamiento, se realizarán los controles necesarios durante el mismo, tanto clínico como de laboratorio y por imágenes. En cada consulta usted podrá aclarar sus dudas y el médico a su vez remarcará los cuidados que debe tener. Si presenta algún antecedente relevante que pueda verse afectado durante el tratamiento o posteriormente se hará seguimiento del mismo con el médico especialista en el tema.
En todos los linfomas, lo que se busca lograr con el tratamiento es la remisión completa de la enfermedad (que no haya presencia de la misma en los estudios que se realizan para evaluarla), en ocasiones se puede lograr una remisión parcial (es decir la enfermedad no se fue completamente, sino de manera parcial) o en ocasiones la enfermedad puede permanecer estable con respecto al tratamiento y no haber respondido al mismo. Para cada situación existe un escenario diferente y en caso en lo que se requiera el tratamiento se cambiará. Las posibilidades de recaída de la enfermedad una vez que se haya logrado la remisión completa están. En esos casos también existen múltiples opciones de tratamiento y en caso de que pueda ser posible se realizará un trasplante de médula ósea, momento en el cual el médico especialista le comentará en detalle de que consta el tratamiento.
DEPARTAMENTO DE HEMATOLOGÍA Y UTH
Instituto Alexander Fleming
Mayo 2022